La espectacularidad de este cañón reside en varios factores: cuando accedemos a él por la carretera de Escalona, nos vemos inmersos en un estrecho y profundo cañón excavado por el agua del río Bellós que desciende con una fuerza salvaje encajonado entre las veticales y angostas paredes de piedra, sobrecogiendo al visitante. Cuando nos adentramos, ya caminando, en el cañón, y tras recorrer el tramo inferior, el valle se va abriendo y ofrece al visitante magníficos y espectaculares bosques de hayas y rugientes cascadas.
Existen varias rutas en los alrededores del Sector de Añisclo que harán la delicia del amante de estas montañas: